sábado, 18 de febrero de 2012

Valores y principios en la actividad política

Por: Felipe Torres

Hace más de sesenta años, uno de los mejores presidentes que ha tenido el Ecuador dijo, “¿Queréis revolución?, Hacedla primero en vuestras almas”. ¿Qué fue lo que quiso transmitirnos José María Velasco Ibarra con esta frase?  Algo muy simple: comencemos los cambios, cambiando primero nuestras ideas, nuestro interior, adentrándonos en el ser humano.

En la actividad política ecuatoriana se ha dejado en un segundo plano al ser humano. Se ha colocado, en el primer lugar, al enfrentamiento y a las más bajas ambiciones. Ya es tiempo que la actividad política se ocupe de los seres humanos de carne y hueso, dotándoles de los instrumentos que les permitan ser ciudadanos con una mentalidad diferente.

Los ecuatorianos no podemos juzgar a los políticos que nos gobiernan, de carecer de valores y principios, si nosotros, como ciudadanos, no  practicamos los valores y principios en los que creemos. Por ello, es de gran importancia que primero hagamos las grandes transformaciones en nuestra alma cívica, educándonos, observando y, sobre todo, practicando los valores y principios, que hagan de nosotros ciudadanos más libres, justos y productivos. No nos olvidemos que un país será grande cuando sus ciudadanos sean grandes en sus sueños y aspiraciones.

Existen ejemplos vivos de políticos ejemplares. Lula Da Silva es una de las pocas personas que,  habiendo salido de una familia que vivía en una pobreza extrema, logro ocupar la presidencia del Brasil en el 2003. Fue lustrabotas, tornero, dirigente sindical. Expreso la necesidad de un gran cambio. Pero  nunca actuó como resentido. Fiel a sus principios y valores, lucho para que hubiera plazas de trabajo para los pobres. Vio en la ampliación de la educación el mejor camino para que los pobres abandonen la pobreza.

No fue fácil para el ex presidente del Brasil ocupar la presidencia del país más grande y poderoso de Latinoamérica. Perdió tres veces antes de llegar a la presidencia de su país. ¿Qué lo llevo a seguir intentando ganar la presidencia del Brasil? El se daba cuenta que en el Brasil existían muchas injusticias, que todas las personas pobres tenían dificultades para salir adelante. Como presidente de los sindicatos, Lula Da Silva veía que existían empresarios que no pagaban lo justo a sus empleados, que no los trataban correctamente. En un discurso que dio  como presidente del sindicato de metalúrgicos, el dijo que no hay que irse en contra de los empresarios, si no en contra de las leyes que los rigen, porque sea como sea son los dueños de las empresas los que pagan sus sueldos. Las palabras de Lula en ese discurso fueron muy sabias. Cualquier populista hubiera dicho que hay que quitarles a los empresarios para dar a los pobres. El dijo todo lo contrario, y los sindicalistas le siguieron porque su mensaje había sido serio.

En Chile después del gobierno de Salvador Allende, el país quedo destrozado económica, social y políticamente. Chile, en 1973, estaba entre los países con mayor inflación y menor producción. Pinochet dio un golpe de Estado y asumió el poder. Introdujo importantes cambios económicos y fue cuestionado por las violaciones de los derechos humanos. En 1990 se fue  Pinochet y se hicieron cargo del gobierno civil. Entre 1990 y el 2012 Chile se ha convertido en la economía más pujante de Latinoamérica. El ingreso per cápita de un chileno es cuatro veces más que el de un ecuatoriano. Chile ha tenido la suerte de haber contado, en los últimos 22 anos, con gobernantes de primer orden, que lograron que los  chilenos fueran ciudadanos de primera, haciendo la revolución en los valores y principios de ellos.

El ejemplo más recientes de una buena actividad política es la que han hecho los políticos venezolanos de la oposición. Para evitar que Venezuela se siga desplomando con Chávez, decidieron unirse. Organizaron unas primarias, y el último domingo, tres millones de venezolanos escogieron al candidato único de la oposición, alrededor de un mensaje, el de una Venezuela unida en contra de la delincuencia, el desempleo y la pobreza.
Mientras en el Ecuador es muy difícil que los dirigentes políticos se unan, en Venezuela lo hicieron, pensando en grande, en un País diferente.

Los políticos oportunistas y corruptos han destruido a la actividad política. Han ingresado a la política para hacerse ricos de un día a otro o simplemente para tomarse fotos en el cargo. Se han olvidado que la actividad política debe estar al servicio de los ciudadanos.

Dos extraordinarios ecuatorianos, García Moreno y Eloy Alfaro, no hicieron política para robar o fotografiarse en los cargos, a tal punto que los dos terminaron asesinados. García Moreno evitó que el Ecuador se desintegrara. Lucho por mantenerlo unificado.

El buen político no es el que hace mucho. Es el que hace poco y bien, sabiendo que con sus actos los ciudadanos pueden estar más seguros y más felices. Son un problema los políticos que crean problemas a la gente, con más impuestos, más gastos improductivos, y permanentes violaciones a sus derechos. Los políticos deben ser facilitadores para que los ciudadanos progresen, en un entorno de libertad y respeto. Sin embargo, al menos en el Ecuador, los políticos se sienten dueños de los ciudadanos. Les dan órdenes, les cobran impuestos excesivos, irrespetan sus derechos. Se han olvidado de la gran enseñanza cristiana: si quieres ser el primero, debes ser el último.

Preguntémonos si los políticos que han gobernado el Ecuador han sido personas con valores y principios, si los que han ocupado cargos públicos y los ocupan ahora, han tenido integridad en sus acciones. ¿Al menos más de la mitad de los políticos ecuatorianos nunca han cometido un acto del que deban sentirse avergonzados? Claro que existen muchos políticos que, sin importar su ideología, tienen sus convicciones claras y creen que las soluciones que ellos plantean son las mejores  para un Ecuador con menos pobreza.


Muchos  ecuatorianos dicen que la política no les agrada y dejan de participar en vida pública. Ese es un acto cobarde, pues, si algo nos parece mal debemos hacernos escuchar, tenemos que buscar soluciones. La política está abierta para todos, así que en vez de quejarnos de que vivimos en un país que no progresa, hagamos política ya sea en un cargo público o desde afuera expresando nuestras ideas y luchando infatigablemente por lo que creemos. El gran escritor Ambateño Juan Montalvo nunca ocupo la presidencia de la república, pero con sus escritos hizo temblar a todo presidente autoritario y corrupto que pasara por el Ecuador, como jóvenes seamos siempre fieles a nuestros sueños.